sábado, febrero 21, 2015

Articulo del Boletin de la Hermadad de Nto. P. Jesús del Pendimiento. Cuaresma 2015




POEMARIO

by Juan Carlos Bioque Rivera
En esta ocasión he querido traer a este rincón poético a Aurelio Verde Carmona. Nacido en la calle Betis, de Triana, Sevilla, estudió Químicas pero se hizo escritor y poeta porque lo llevaba dentro  desde su nacimiento.
Su nombre quizás no les suene , pero si  les apunto que es el autor, junto a JM Moya, de sevillanas  tan famosas y que perduran en el tiempo como “Solano de las marismas”, “Ay si los pinos hablaran”  o “Viva mi Andalucía, viva mi pueblo”   interpretadas por Los Romeros de la Puebla, nos ayudará a enmarcar su biografía en la memoria colectiva del pueblo Andaluz desde  años 70 hasta la actualidad.
Durante varias décadas cientos de sevillanas,  saetas, rumbas y canciones han jalonado la  obra de este autor de letra diáfana e intimista que fue presidente de la sección de Literatura del Ateneo de Sevilla y Pregonero de las Glorias de Sevilla en 1995.
Aquí  recojo unas muestras de su prosa, dedicada a  los momentos que van desde la Ultima Cena del Señor hasta su Prendimiento, para posteriormente ofrecer unas pinceladas de su poesía consagrada a la Semana Santa de su Sevilla natal.
Última Cena.  La Traición.
 Celebras la tradición judía de la Pascua con los tuyos. Y escribes el más hermoso renglón de tu herencia. La Eucaristía. La promesa que ya habías anunciado florece ahora en el mandamiento del Amor. Cada vez que algunos se sienten a la mesa en tu Nombre allí estarás Tú en medio de ellos. Y el pan que se comparta lo hará sagrado el propósito de compartir la vida. Y el vino que se beba lo hará sagrado el hermosísimo vínculo de amor entre todos los presentes.   En los tuyos hay desconcierto. Ellos, que en apariencia siguen fieles a tu lado, también padecen una íntima decepción porque esperaban, imbuidos del sentimiento zelota, un golpe liberador y la recompensa de los vencedores en un futuro gobierno. El más decepcionado parece Judas. Se siente traicionado y buscará venganza facilitando tu entrega al enemigo. Los otros apóstoles se quitarán de en medio que es una forma hipócrita de entregarte. Como hoy te siguen entregando todos los que le vuelven la cara a la injusticia.
Oración en el Huerto.
 El reguero violento de la persecución deja oír sus metálicas pisadas. Vienen a prenderte. Y Tú lo sabes, porque ellos, los que te han condenado, no escatiman el odio en sus gestos. Te queda poco tiempo. Y los verdugos atizan el fuego de la tortura. Por eso el hombre que hay en Ti siente miedo, tiembla, duda. Y tal vez se arrepiente del valor que ha derrochado con su palabra. Todos los atributos del hombre modelan tu categoría humana cuando llega el final. Dios no puede sentir miedo. El hombre puede temblar. Y rezas la más carnal de tus oraciones. Si es posible, Señor, que pueda escapar de este infierno que me persigue. Luego, de tus entrañas sale la voz del mártir que no abandona su misión: Pero no me escuches, Señor: tu voluntad antes que la mía. Cuenta conmigo hasta el final. Los imprecisos límites de Dios y del Hombre se confunden en la peor de todas las horas.

Prendimiento.
 Tras una reacción violenta de tus íntimos, propia del guerrillero que en ellos anida, Tú levantas la mano y te entregas. Es inútil toda resistencia. Pero ¿por qué te apresan? ¿Cuál es tu delito? Ellos, los que han dictado el auto, las autoridades religiosas del Templo, los sumos sacerdotes, pasaron por alto tu doctrina, tus gestos milagrosos, hasta las denuncias de su hipocresía. Era un pacífico apostolado. Pero Tú mismo firmaste la sentencia el día que le tocaste el bolsillo a la clase religiosa. Fue en la puerta del templo. Los sacerdotes tenían montado su negocio. Los animales que se ofrecían en el altar debían ser comprados en el mercado del templo. Los que traían de fuera, criados en sus corrales, no agradaban a Dios. ¿Nos suena de algo ese monopolio mercantil de las cosas sagradas? Tú los acusaste de ladrones, de haber convertido el Templo en una cueva de latrocinios. Y reventar ese negocio no te lo podían perdonar. Como hoy tampoco te lo perdonarían.



Saeta para un lunes trianero
(Dedicada a la Hdad. de San Gonzalo)

Que se achante Caifás/
y que se humille el romano/
que aquí nadie manda más/
que tu Poder Soberano/
y la que viene detrás.



Soleares sin decir tu nombre
 (Flores para un aniversario)
Sin que nadie pronunciara
tu nombre, yo lo sabría
solo con verte la cara.
Solo con verte yo sé
que eres quien eres, Señora,
de esta Sevilla de fe.
Donde tiene que morir
de amor este corazón
que busca Esperanza en Ti.
Y va el alma y se enamora
y uno se pone a mirarte
y a quién le importa la hora.
Solo con verte la cara
comprendo la eternidad
que es cuando el tiempo se para.
Que no me digan a mi
que no es posible llorar
y en el llanto sonreír.
Solo con verte se siente
la golondrina que vuela
por los labios de tu gente.
Al verte quién no imagina
la Resurrección que está
a la vuelta de la esquina.
Solo con verte la cara
te veo allá en Nazaré
dejando que Dios te hablara.
Solo con mirarte sé
que pisando mis cenizas
de tu mano volveré.
Viva Dios que te creó
y que te trajo a Sevilla
y en Sevilla te dejó.
Solo mirarte y ya están
las penas que yo tenía
hechas flores de tu altar.
Qué no vas a curar Tú
con esos ojos que están
llenos de Dios y de Luz.
Solo con verte la cara
todo el dolor de este mundo
se va detrás de tus lágrimas.
Solo con verte se siente
ese alba que me acoge
misericordiosamente.
Solo con verte la cara
notan el Cielo en sus manos
las espigas de Sor Ángela.
Solo verte y recitó
el Arcángel San Gabriel
su poesía mejor.
Solo con verte la cara,
solo y sin decir tu nombre
tu nombre se pronunciara.
Solo con verte la cara
se le escapa al mismo Dios
qué Madre tengo más guapa!!!

Madrugada de antifaz delante del Gran Poder

Es tanto el caudal de gente
y es tanta aquella apretura
que el Señor llega a mi altura
y por la nuca se siente.
Un alba de escalofrío
hiere con blanda marea
y me declara albacea
de su latido  ya  mío.
Tan cerca está y no lo veo.
Solo escucho cómo anda
y el corazón se desmanda.
Es ese hondo racheo
del alma que profetiza
céfiros de última hora
y presiente que la aurora
se vuelve color ceniza
en un monte de dolor.
¿Quién te enseñó,  costalero,
los andares del Señor?

(Del libro   Simiente de primavera)
AURELIO VERDE CARMONA.
Tomado de:
http://aurelioverde.es/category/poesia-de-semana-santa/



JUAN CARLOS BIOQUE RIVERA
CUARESMA DE 2015

sábado, abril 12, 2014

Solemne traslado de N. P. Jesús del Prendimiento a su paso.

Solemne traslado de N. P. Jesús del Prendimiento  a su paso.
Iglesia de Ntra. Sra. De la Asunción. El Carpio. Cordoba.
A las 20:00 horas.
 12 de Abril de 2014.

lunes, marzo 24, 2014

El Prendimiento



…Mientras todavía hablaba,
he aquí que llego Judas, uno de los
doce, y con el mucha gente con
espadas y con palos, de parte de
los principales sacerdotes y de
los ancianos del pueblo.
Y el que le entregaba les había
dado señal, diciendo: Al que
yo bese, ese es; prendedle.
Y en seguida se acerco a
Jesús y dijo: Salve, Maestro. Y
le beso.
Y Jesús le dijo: Amigo, .a
que vienes? Entonces se acercaron,
y echaron mano a Jesús y le
prendieron….
Mateo 26, 47-50.